Es importante que la cabeza debe estar quieta; además debe estar mirando hacia abajo en una posición neutral. Esto viene equivaliendo al mirar hacia adelante mientras te encuentras de pie. Si cuando estás nadando miras hacia arriba, tienes que ejercitar los músculos extra y hacer presión sobre el cuello.
Desde la posición de la cabeza hacia abajo, puedes ver y respirar con más facilidad. A medida que los ojos van despejando el agua, la energía de ahorro de la cabeza se va reduciendo al mínimo, reduciendo de esta manera la tensión en el cuello y los hombros, manteniendo las piernas y caderas levantadas para así mantener el cuerpo lo más eficientemente posible reduciendo el arrastre.
La tortícolis es una de las dolencias más habituales en los nadadores en el estilo libre, cuando llevan la mirada al frente o levanta la cabeza por encima del agua, provocando una hiper-extensión del cuello que se traduce a largo plazo en una lesión. Para llegar a corregir esta posición, debes llevar la mirada más abajo, aunque nunca perpendicularmente al fondo, ya que no veras por dónde vas.
Otro fallo en la realización de la técnica y que suele llevar a causar lesiones, es el hacer una rotación del cuerpo insuficiente. Este error hace que gires excesivamente el cuello en el momento de hacer la respiración forzando la musculatura. Para corregir este error, prueba girar más el cuerpo (has una rotación de 45º). Hacer una ligera rotación de la cabeza tendría que ser suficiente para tomar el aire. Como un consejo para llegar a hacerlo bien, deja siempre la mejilla y una lente de la gafa dentro del agua.
Para finalizar te recordamos que es de suma importancia utilizar la respiración a ambos lados como un patrón de respiración normal; ya que esto evita desequilibrios musculares que pueden llegar a afectar también el cuello.
Fuente: www.planetatriatlon.com
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